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Las bodas.

Un auto llegó a la casa de los Park, de él salió un joven muy atractivo, de cabello castaño que le llegaba hasta el hombro, pero más allá de su belleza física, su rostro reflejaba una felicidad que no le cabía en el pecho. Dio la vuelta para abrir la puerta del pasajero y ayudar a salir al responsable de esa felicidad.

—¡Yoongi, bebé! —le recriminó por abrazarlo en la calle—. ¡Nos pueden ver! —y sin embargo también lo abrazó, escondiendo su rostro en el pecho del joven.

—Que nos vean, somos libres de amarnos —le dio un breve beso en los labios—. Pero ya llegamos a la casa del "tímido" —concluyó fastidiosamente, soltándolo.

—Espero que no sea demasiado tarde.

Y tomados de la mano, llegaron hasta la puerta de la casa, mientras esperaban que alguien les abriera, Taehyung descubrió el coche de los Jeon.

—Jungwon ya se encuentra aquí. ¿También habrá venido la abuela Misook?

—Mejor, así ahorramos tiempo, y hablamos con todos de una buena vez.

Cuando un sirviente les abrió y les cedió el paso al interior, se sorprendieron con las idas y venidas de toda la servidumbre, las empleadas con risitas escondidas, los caballeros con sonrisas sarcásticas.

—Te dije que no fue buena idea que dejaras aquí a Jungkook.

—El "elegante" sí que sabe armar tremendas fiestas.

El mayordomo los condujo hasta la oficina del señor Park, tocó suavemente y obtuvo el permiso de abrir y dejar pasar a la pareja.

—Taehyung, que bueno que llegas —lo recibió Jungwon.

Taehyung observó una escena muy pintoresca.

Al centro de la oficina se encontraba de pie el señor Park, con una cara de piedra, que no se podía saber que pensamientos cruzaban por su mente.

Jungwon se encontraba también de pie, pero en una esquina tomado de la mano con Seungmin y junto a un sillón donde una apenada abuela Misook se encontraba sentada.

La señora Park llorosa estaba sentada en un sillón junto con Jimin, quien lloraba en silencio, con la mirada clavada en el suelo, quitándole pelusa imaginaria a su ropa, finalmente a un metro de ellos en una silla, estaba sentado Jungkook, con un pedazo de carne cruda sobre su ojo morado.

—Jungkook, ¿qué te pasó? —exclamó Taehyung, yendo a su encuentro como buen doctor a revisarle el golpe.

—Solo me dieron mi merecido.

—¡Ni una pizca! —bramó el señor Park—. ¡Bien! Si ya está toda la familia Jeon, entonces podemos... —y se quedó mirando a Yoongi, que se había quedado de pie en la puerta—. ¿Y usted quién es, jovencito?

—Él también es parte de la familia —lo defendió Taehyung—. Bueno, próximamente será parte de la familia.

—¿A qué te refieres Kim? —casi graznó la abuela Misook.

—Tal vez no sea el momento adecuado —intervino Yoongi, mientras Tae regresaba a su lado, tomándolo de la mano—. Le he pedido a Taehyung que se case conmigo, y él ha aceptado.

—Pues los felicito —gruñó el señor Park—. Pero la primera boda que habrá...

—Será la mía —y todos voltearon a ver a Jungwon.

—¿Te vas a casar, Jungwon? —se atrevió a preguntar Jungkook.

—Si, Won ya me ha propuesto matrimonio, hace dos meses —Seungmin sonrió tímidamente.

—¿Por eso pediste alquilar un crucero? —contestó Taehyung sonriente.

—Así es Tae —dijo un sonriente Jungwon—. Seungmin y yo vamos a casarnos.

—¡Pues felicidades también, Jungwon! —gritó el señor Park por tanta interrupción sobre el real problema en ese momento—. Pero la primera boda que se tiene que llevar a cabo es el de este imbécil... —señaló con dedo acusador a Jungkook, para después mirar fríamente a Jimin—. Y mi hijo.

—Disculpen que interrumpa otra vez —habló Yoongi—. Pero Taehyung y yo nos tenemos que casar lo más pronto posible... —aclaró al ver la cara de desconfianza que empezaron a poner todos—. El señor Park Jinyoung, director de la compañía teatral donde trabajo, me está esperando en Australia, ya que me he recuperado de mi voz, él espera que iniciemos una extensa gira, para poder recuperarnos económicamente tras el incendio.

—Pero mi boda es prioridad —expuso Jungwon—. He adquirido ciertos negocios que no permiten que un soltero los maneje, es un requisito empresarial.

—Tranquilo Wonie —Seungmin apretó su mano para calmarlo.

—Pues mi buen nombre está primero, si quieren, al día siguiente de la boda de mi hijo, pueden celebrar mil bodas.

—Yo... —se escuchó una débil voz—. No me quiero casar —y todos voltearon a ver asombrados a Park Jimin.

—Ustedes dos hicieron algo imperdonable, algo nada digno de un joven con buena educación.

—¡No hicimos nada malo! ¡No pasó nada! —explotó Jimin.

—Jimin... —murmuró Jungkook melancólicamente y se paró de la silla—. Jim tiene razón, no hay nada que lamentar, aunque las pruebas digan lo contrario, sin embargo... yo si me quiero casar.

—Pues yo no... aprovechado —protestó poniéndose también de pie.

—¿Vas a negar lo que sientes por mí? ¿No crees que es un poco incoherente, después de lo que tu familia vio anoche?

Todos tosieron incómodos ante la conversación de la pareja.

—Lo que hicieron tiene consecuencias, Jimin —intervino la madre de Jimin—. Seguramente la servidumbre ya empezó a correr la voz por toda la alta sociedad, de que en tu cuarto fue encontrado el señor Jeon, acariciándote mientras estaban sin camisa, ¿sigo?

—No me importa lo que diga la gente, yo estoy en paz con mi conciencia.

—¿Estará en paz tu conciencia, cuando nos señalen a tu padre y a mí? ¿Se ha puesto a pensar, jovencito de negocios, que su imprudencia nos perjudica también a nosotros?

Jimin se puso blanco como el papel, su padre tenía razón, en la sociedad donde se movían, la reputación de una persona perjudica o beneficia a toda su familia.

—Tal vez, Jimin se encuentra asustado con todo esto —intervino Taehyung, abrazando al menor. 

—¿Me permitirían hablar con él a solas?

Todos asintieron y salieron de la oficina, dejando solo a los dos amigos. Taehyung condujo a Jimin nuevamente al sillón y los dos se sentaron.

—Minnie, yo sé que tú sigues profundamente enamorado de Jungkook. ¿Por qué no te quieres casar con él?

—Así no, así no —negaba con su cabeza, una y otra vez—. No, si lo hace para cumplir una promesa rota, no... si lo hace para cubrir las apariencias y salvar "mi honor".

—Pero Jungkook te ha demostrado que te quiere de verdad, ¿no ves las tonterías que comete por ti?

—¿Y no será... solo por meterme a su cama?

—¡No! No lo creo, Jungkook tendrá cabeza de mosca, pero es leal a lo que siente, dolorosamente lo sabes.

—Sí lo sé, y también por eso mismo digo que así no, ¿quién me asegura que no volverá a cambiar de opinión?

—¡Por un demonio, Jimin! Jungkook no es capaz de llegar a eso... en algo tienes razón, nadie te puede asegurar el futuro, ni si los sentimientos de alguien cambiarán o no, solo confía, sigue a tu corazón.

Tras un buen rato de conversar, los dos chicos salieron de la oficina y se encontraron en la sala con los demás.

—Jimin tiene algo que anunciar.

Todos se encontraban en expectativa, cuando finalmente el menor habló.

—Me casaré con el señor Jeon —y todos suspiraron aliviados—. Pero primero se casará Taehyung, después Jungwon, y al final Jungkook y yo.

Ante tal actitud, todos cedieron por satisfechos del acuerdo final.

✧✦✧

Campanas de boda, campanas de alegría, y al parecer, toda la ciudad de Seúl estaba de fiesta. La primera boda, fue la más concurrida, la más fotografiada. El famoso actor de Australia, Min Yoongi contrajo nupcias con el hijo de los famosos arquitectos Kim. Miradas de envidia rodeaban a la pareja, las cuales se les escurrían sin alterarlos ni una pizca, era tanta su felicidad que todo a su alrededor carecía de importancia.

Los fotógrafos de las revistas y periódicos más exclusivos se peleaban por obtener las mejores fotos de los recién casados. El joven actor, que siempre fue huraño hacia los reporteros, se mostraba abierto y sonriente, cosa rara en él, su flamante esposo, no solo era hermoso, sino que emanaba un carisma que conquistó a los reporteros.

Detrás de la famosa pareja, los parientes de ambos aguardaban a que Taehyung y Yoongi pudieran subir al coche que los llevaría a su recepción, y así poder salir sin lidiar con admiradoras del recién casado y los reporteros y fotógrafos.

Cuando por fin, todos se encontraban en la recepción, Jimin pudo finalmente acercarse al novio.

—¡Taehyung! —le dijo abrazándolo—. Qué alegría siento por ti, al fin tienes lo que mereces.

—Y tú también lo tendrás pronto, te lo puedo asegurar.

—¿Puedo felicitar al novio? —terció Jungkook.

—Por supuesto, ven acá idiota —dijo Taehyung jalándolo para que lo abrazara.

—Voy a checar el banquete, todo debe de estar perfecto para ti, Tae.

Jimin se alejó perdiéndose entre los invitados.

—¿Viste a un chico bonito huir de mí? Pues bien, ese era mi prometido, quien será mi esposo en dos semanas, y que no lo he vuelto a besar desde que sus padres nos encontraron en su habitación.

—Compréndelo Jungkook, está muy nervioso de cómo se dieron las cosas, él nunca pensó que así le propondrías matrimonio.

—Ya no hablemos de lo mismo, ¿acaso quieren que me corte las venas?

—No desesperes Jungkook, todo va a salir bien.

—Que el destino escuche tus palabras —sonrió tristemente.

La gran boda terminó y la ciudad regresó a su rutina, por lo menos durante una semana, en la cual, los estudiantes de Economía no podían perder el tiempo.

—¿Y qué cuenta el "joven" Park? ¿Ya no ha tenido visitas por la noche? —la voz sarcástica de Jeon Minhyun, lo alejó de su lectura.

—¿Ahora te dedicas a contar mis visitas? Pensé que en tu vida existían cosas más interesantes.

—Uy, el "joven" está de malas —Minhyun abrió la boca para seguir con su acoso, pero la llegada del señor Namjoon, lo calló.

—¡Caballeros! —su siempre cordial saludo se opacó por las risitas burlescas de sus compañeros.

—¡Dios! Todo mundo lo sabe —y recordándose que él no tenía nada de que avergonzarse, enderezó más la espalda.

—La próxima semana se efectuarán los exámenes, ya lo saben, prepárense y suerte, bien ahora comenzaremos nuestra lección de hoy.

—Vaya, Jimin —susurró Minhyun—. Espero que mi primo no te distraiga mucho, será mejor que le digas que ya no te visite por las noches-

—Creo que estoy más preocupado de que mi examen no se extravíe otra vez y que aparezca otro con una horrenda letra.

Minhyun quiso responderle algo, pero prefirió mantener la boca cerrada.

✧✦✧

Fin de semana, campanas de boda se anunciaron otra vez, pero esta boda era algo diferente a la anterior, hombres de negocios reconocidos en el ambiente, se pavoneaban pomposos con sus esposas a la salida de la iglesia, los fotógrafos no estaban en el ambiente del espectáculo, sino de las finanzas.

Aunque cierto joven australiano se tuvo que mantener anónimo junto con su hermoso esposo, por si alguien lo reconocía.

Al llegar a la recepción, Yoongi se sintió menos agobiado y se dedicó a disfrutar de la fiesta y de su esposo, por otro lado, Jungkook esperaba en la puerta de la cocina, cuando un hermoso joven de pelo castaño salía presuroso.

—Debiste delegar, si quisieras disfrutar de la fiesta.

—No estaría tranquilo al no saber como se está desarrollando el banquete.

—¿Y ya estás tranquilo?

—Si.

—Entonces, espero que "mi prometido" me dedique algún tiempo de su apretada agenda.

Sin decirle nada más, lo tomó del brazo y lo condujo a la pista de baile, la orquesta tocaba un dulce vals, pretexto para mantener a Jimin entre sus brazos.

—¿Por qué me has estado evitando?

—No lo hago, solo he estado ocupado dejando todo en orden antes de nuestra boda.

—Te quieres casar conmigo, ¿verdad?

—Te lo dije enfrente de los Park y de los Jeon.

—Eso fue muy frío, ¿no es cierto?

—¿A qué te refieres?

—Vamos a tomar un poco de aire.

—Pero...

Nuevamente Jungkook mantuvo la iniciativa y lo llevó a una de las terrazas.

—Jimin... sé que nuestro "nuevo" compromiso, no es lo que esperabas, debí de pedirte que te casaras conmigo de una forma más... romántica, con flores, con música, un anillo, no lo sé.

—No te agobies por eso, ya no hay nada que hacer.

—Te prometo... —le dijo tomando sus manos—. Que haré lo imposible para hacerte feliz.

—No prometas —y puso dos dedos sobre su boca, Jungkook los besó suavemente, más mirándolo a los ojos le dio a entender que lo iba a besar en los labios.

Jungkook lo besó con pasión, con exigencia, con la certeza de que esa boca era suya.

—Vaya, a los tortolitos ya no se les puede controlar —una fastidiosa voz tuvo que interrumpir el íntimo encuentro.

—Yeji. ¿Por qué no me extraña que siempre te estés metiendo por donde no te llaman? —fue la brusca respuesta de Jungkook.

—Te estaba buscando. ¿Yo qué iba a saber que te estabas revolcando con el "huérfano"?

—Que vulgar eres —reclamó Jimin.

—¿Vulgar? ¿Yo? Yo no soy el que recibe a hombres a media noche en su dormitorio.

—¿Qué diablos quieres? —dijo Jungkook tratando de controlarse.

—Decirte que ya hablé con la abuela Misook, y ella está de acuerdo en que nos regreses nuestra herencia, ya que nuestro padre ha perdido la sensatez y nos la ha negado.

—No digas mentiras, he hablado con la abuela Misook, y está de acuerdo en lo del fideicomiso, es más... ella me exigió como parte de mis obligaciones como Jeon que velara por ustedes, aún cuando le pedí que me alejara de todo este embrollo.

—Pues no debes de aceptar ese disparate, ese dinero es nuestro, y nosotros sabremos qué hacer con él.

—Liquidarlo en un dos por tres.

—Eso a ti no te interesa.

Las voces de Jungkook y Yeji iban tomando altura, Jimin comenzó a preocuparse, más aún cuando Jungwon y Taehyung se asomaron a la terraza.

—Jungkook por favor —pidió Jimin suavemente—. Tranquilízate.

—¡Tú no te metas, maldito huérfano! —amenazante avanzó hacia Jimin.

Jungkook protegió al menor, poniendo su cuerpo como escudo.

—¡Con mi novio no te metas!

—¿Qué sucede aquí? —intervino Jungwon.

—¡Jungwon! —lloriqueó Yeji—. Tienes que exigirle a Jungkook que nos regrese lo que nos pertenece.

—Será mejor que regreses a tu casa Yeji, este es un día de fiesta, es mi boda, y no se permite hablar de negocios el día de hoy, hablaremos otro día.

—¿Otro día? ¿Cuándo? ¿En tu luna de miel?

—Yo no me iré de viaje hasta que se haya casado Jungkook, tenemos una semana, te espero en mi oficina.

Sin nada más que agregar, Yeji salió hecha una furia, empujando a quien se le cruzara en el camino.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó a Jimin preocupado.

—Sí, gracias por protegerme.

Jungkook le sonrió y un calorcito le llenó el corazón a Jimin, cuando Jungwon y Taehyung se acercaron para ver si se encontraban bien.

Otra gran boda había concluido, los días pasaban veloces y Jimin estaba hecho un racimo de nervios, ¡el examen!, ¡su boda! En realidad, no sabía a cuál de las dos cosas le temía más, dudas, inseguridades, llenaban su corazón.

—Jamás dejaré de ser el tímido y el inseguro.

✧✦✧

El día del examen llegó, y Jimin se dirigía al salón en donde lo presentaría cuando se encontró con Minho.

—¡Hola Jim! ¿Listo para el examen?

—Creo que sí.

—Lo harás bien, estás preparado —le dedicó una cálida sonrisa—. Me supongo que después vendrá la prueba más difícil.

—¿Te refieres a mi...?

—Si, a tu boda.

—No sabes como estoy de nervioso.

—También pasarás esa prueba, y Jisung y yo estaremos ahí para apoyarte... para apoyarlos.

—¿Jisung y tú, ya se comprometieron?

—No, estamos disfrutando nuestro noviazgo, yo estoy disfrutando de conocer a mi novio, quiero saberlo todo de él, sus gustos, disgustos, fortalezas, debilidades.

—Créeme, hacen bien, conózcanse primero como pareja.

—Gracias Jim, realmente estoy enamorado de Jisung, no sé como no me di cuenta antes, pero bueno, otro día te daré detalles, le prometí ir al acuario —Minho besó galante su mejilla y se despidió.

Jimin todavía sonreía cuando volteó hacia el lado contrario y se encontró con unos ojos de león, apunto de devorarlo.

—¿Ya te despediste de ese chico de linda sonrisa?

—Por favor, no me salgas con esto ahora, Jungkook, voy hacer mi examen y no quiero entrar al salón enojado contigo, necesito toda mi concentración para ello. Cambiando de tema, Kook... hay algo que te he querido preguntar desde que nos volvimos a comprometer.

Ante tales palabras, Jungkook cambió su actitud.

—¿Qué sucede, Jimin?

—Cuando ya estemos casados... ¿Me permitirás terminar mis estudios?

Jungkook sonrió.

—Claro que sí. ¿Quién soy yo para detener tus sueños? Ya no estamos en esas épocas donde solo uno tenía derecho a trabajar, estos son otros tiempos.

—Y, ¿el dinero?

—Jim, tú eres millonario y con tu pequeño negocio tienes tus propias ganancias, además tú me has demostrado que puedes tomar decisiones propias, pero ahora te dejo, yo también tengo que presentar un examen, suerte amor —le besó los labios rápidamente para despedirse, pero este beso le tocó el corazón.

✧✦✧

El gran día había llegado, la última gran boda se llevaría a cabo. Jimin se encontraba realmente nervioso, se encontraba en su habitación con su madre y dos empleados ayudándole a ponerse el traje de novio, modelo exclusivo de su amiga Yuna, a él le parecía exagerado que tres personas lo ayudaran a vestirse.

A Jimin todo le parecía fuera de la realidad, no podía aceptar todavía que estaba a punto de contraer matrimonio con el amor de su vida, se había hecho a la idea de que eso era imposible y había construido barreras para soportar el dolor de perder a Jungkook; y por lo mismo, lo que ocurría en ese momento le parecía como si estuviera soñando y que de un momento a otro despertaría... solo.

Tocaron a la puerta y la señora Park dio el permiso para que entraran.

—Jimin, estás hermoso —exclamó Taehyung—. Tendré que comprarle algunos trajes a tu amiga Yuna.

—Pues se los podrás pedir en la fiesta, ayer llegó con sus padres y su novio.

—¿Nervioso?

—Creo que está demasiado alterado —intervino la señora Park—. Tiene las manos frías y no deja de temblar.

—Tranquilo, Jimin, todo saldrá bien.

Nuevamente, el sonido de la música matrimonial en el lugar anunciaron nupcias. En el interior de la iglesia un nervioso novio aguardaba al pie del altar.

—Tranquilo Jungkook —se acercó Jungwon a reconfortarlo—. O me pondrás más nervioso que cuando me casé.

—¿Y si no viene?

—¿Por qué haría eso?

—Quizás lo pensó mejor, y decidió que no merezco estar a su lado.

Jungwon le iba a contestar, pero un murmullo los hizo girar a ver la entrada de la iglesia. Ahí estaba él, envuelto en un hermoso traje de novio, parecía un príncipe, estaba avanzando solo con la mirada al frente y una pequeña rosa blanca en su mano.

—¿Quién entrega a este joven? —preguntó el juez.

—Yo lo entrego —contestó emocionado el señor Park, quien se levantó y dejó a Jimin al lado de Jungkook, seguido fue a tomar su lugar junto con su esposa.

La ceremonia comenzó, y Jimin continuaba sumamente nervioso, esto lo percibió Jungkook, quien trataba de tranquilizarlo apretando su mano, ya que Jimin no se atrevía a mirarlo a los ojos.

—Yo, Jeon Jungkook... —la parte culminante de la ceremonia llegaba a su término, y Jungkook se preguntaba si no había cometido un grave error otra vez—. ¿Realmente me seguirá amando o sólo se casa conmigo para proteger la reputación de sus padres?

—Si alguien conoce algún impedimento por lo cual no se deba realizar esta unión, que hable ahora o calle para siempre —el juez solemnemente lanzó la conocida frase.

Jungkook sudó frío, sentía que Jimin desaparecería de su lado, y nunca más lo volvería a ver.

—Los declaro esposos, puede besar al novio.

Jungkook acarició con delicadeza el rostro de Jimin y depositó un tierno beso en los labios del menor ante el suspiro de las mujeres presentes.

La recepción no dejó de estar a la altura de las dos anteriores. El novio gustoso se hubiera arremangado las mangas y metido a la cocina, pero Jungkook tuvo la brillante idea de platicar con el personal de Jimin, y les concedió a Momo y a Hwasa el mando total del banquete, ellas con los banquetes anteriores, habían adquirido cierta experiencia, y gustosas se prestaron para suplir a la chef principal.

—¡Jimin! —llegó a su encuentro una despampanante Yuna, abrazándola.

—¡Yuna! ¡Qué bueno que pudieron venir! Y perdóname por apurarte con el traje de novio, pero no podía confiar en nadie más.

—No hubo ningún problema, tus medidas ya me las sabía, y este traje era un proyecto que tenía en mente desde hace mucho y no sabía como terminarlo, hasta que tú me inspiraste. ¡Te ves hermoso!... Ahora preséntame al suertudo.

—Jungkook —Jimin llamó al que ahora era su esposo—. Ella es Lee Yuna, la prima de Minho y Jisung.

—¿Tu amiga de Gangneung? ¿La modista? —preguntó Jungkook curioso.

—Diseñadora —corrigió Jimin—. Y sus padres y su novio también están aquí.

—¿El auténtico Huening Kai?

—¿Cómo que el auténtico? —preguntó Yuna confundida.

—Es un largo cuento, te platico...

Y se alejaron chismorreando, dejando sólo a Jungkook, más Yoongi se acercó a conversar.

—Bien, Jungkook, creo que todo resultó perfecto, las tres bodas se han realizado —comenzó a hablar Yoongi.

—Sí, se han realizado, pero yo tengo mis dudas todavía de que hayan sido perfectas.

—Tienes razón, no existe la perfección, pero mientras tengas a la persona que amas a tu lado, lo parecerá.

—¿Y bastará con tenerlo a tu lado? —dijo Jungkook observando a Jimin presentar a Yuna a Taehyung—. Sabiendo que su alma se encuentra muy lejos de ti.

—Jungkook, ¿no supondrás que...?

—Es una duda que me está calando hasta los huesos, y no me abandona ningún minuto.

—Eso desaparecerá esta noche.

—¿Cómo?

—En la cama, tonto.

—¿En la cama?

—Un hombre sabe si su pareja finge o no... la entrega, no sólo carnal, sino también emocional.

—Como llevas quince días de casado te crees de mucha experiencia.

—Aunque no lo creas, me bastó una sola noche para darme cuenta de que Taehyung me pertenece en cuerpo y alma.

—Eres un presuntuoso.

—Sí, el amor me convirtió en eso, pero la contra parte de todo esto es... que yo también le pertenezco por completo a mi pecoso, que tengas suerte esta noche, Kook —concluyó alejándose de él, para ir al encuentro de su esposo.

—Idiota.

—Imbécil.

La fiesta concluyó, y poco a poco los invitados se despedían de los recién casados.

—Gracias por todo Tae —abrazó fuertemente a su amigo.

—No hay nada que agradecer, mañana partiré con Yoongi para Australia, así que esta es nuestra despedida, por un buen tiempo no nos veremos.

—Pero nos llamaremos.

—No lo dudes, y no te preocupes, todo saldrá bien —y el rubio se fue con su esposo.

—Muchachos, cualquier cosa que se les ofrezca, ya saben dónde encontrarme —habló Jungwon a los dos—. Todavía me quedaré una semana aquí.

—Espero que Seungmin no se enoje.

—No hay problema, también Tae tiene que resolver algunos asuntos en el hospital antes de que salgamos de viaje.

—Gracias por todo, Jungwon —Jungkook abrazó a su hermano mayor.

Pronto, los padres de Jimin también se fueron y se quedaron solos en el gran salón donde fue su recepción, Jungkook percibió que el menor se había vuelto a poner muy nervioso y trató de distraerlo.

—¡Vaya fiesta! Al parecer aquí concluye todo el ajetreo por tanta boda.

—Así parece.

—¿Nos vamos a casa, señor Jeon Jimin?

Y Jimin se alteró más.

—Sí... por supuesto.

Viajaron en silencio, Jungkook se moría por comérselo a besos, pero no se atrevía por temor a asustarlo más. Llegaron a su casa, que desde ese momento sería la de Jimin también.

El chofer los dejó en la puerta de la casa y se fue.

El joven recién casado abrió la puerta, nadie se encontraba según sus órdenes, tenían la casa para ellos solos, por dos días.

Ante un sorprendido Jimin, Jungkook lo cargó.

—¿Qué haces?

—Sigo la tradición.

Y llevándolo entre sus brazos, cruzaron el umbral.

—Bienvenido a tu casa, amor —lo bajó, encendió la luz, y dejó que Jimin curioseara lo que la poca luz del candelabro le permitía observar.

—Es curioso, es la primera vez que estoy en tu casa.

—Nuestra... nuestra casa, de ahora en adelante tú serás el dueño y señor de esta casa —se acercó a él, pero no se atrevió a besarlo en los labios, lo hizo en su frente y lo tomó de la mano, conduciéndolo hacia el piso de arriba, donde estaban las habitaciones.

Cuando llegaron a la habitación de Jungkook, este muy galante le abrió la puerta para que entrara primero. Jimin apretaba fuertemente el pantalón de su traje, estaba hecho trizas, los nervios se lo estaban comiendo.

Jungkook encendió la luz y se dirigió hacia Jimin, abrazándolo por detrás, esto le provocó un sobresalto, estaban solos, ya no estaban Taehyung, ni Yoongi, ni interrumpirían sus padres, ni se entrometería Yeji.

Estaban solos.

Jimin sentía el aliento de Jungkook sobre su cuello, y comenzó a temblar.

Al fin solos, Jim, al fin solos.

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